This store requires javascript to be enabled for some features to work correctly.

EL AMOR PROPIO: MÁS ALLA DE UN SPA

EL AMOR PROPIO: MÁS ALLA DE UN SPA

| Laura Sanchez

Decir que no a planes que no te motivan, alejarte de relaciones que drenan tu energía, y priorizarte a ti misma no es egoísmo, es respeto propio.

El amor propio no es solo un día de spa

Muchas veces nos venden la idea de que el amor propio es tomarnos un día libre, hacernos una mascarilla o darnos un capricho. Y aunque esas cosas pueden ser parte del autocuidado, el amor propio verdadero va mucho más allá. Se trata de tomar decisiones que, aunque no siempre sean cómodas o placenteras en el momento, nos llevan hacia nuestras metas y nos hacen sentir orgullosas de nosotras mismas.

Cuidarte no es solo darte un respiro, sino también hacer lo que sabes que necesitas. Es elegir el entreno en vez de quedarte en el sofá, es levantarte temprano para avanzar en tu proyecto en vez de postergarlo, es rodearte de personas que te suman en vez de quedarte donde no eres valorada. A veces, el mayor acto de amor propio es decir "no" a lo que nos estanca y "sí" a lo que nos impulsa.

La disciplina también es amor propio. No porque sea fácil, sino porque tú mereces lo mejor de ti misma. Cada pequeño esfuerzo que haces, cada momento en el que eliges lo que es mejor para tu crecimiento en lugar de lo que es más cómodo, es una declaración de amor hacia ti. No siempre se trata de hacer lo que nos apetece en el momento, sino de hacer lo que nos hará sentir mejor a largo plazo.

Cuando entiendes que el amor propio es también poner límites, te das cuenta de que no puedes seguir permitiendo que tu tiempo y energía se desperdicien en cosas que no te suman. Decir que no a planes que no te motivan, alejarte de relaciones que drenan tu energía, y priorizarte a ti misma no es egoísmo, es respeto propio.

El amor propio también es aprender a hablarte con amabilidad. ¿Cuántas veces te has dicho cosas que nunca le dirías a alguien que amas? Si te equivocas, en lugar de castigarte, piensa en cómo aprender y mejorar. El amor propio no es perfección, es crecimiento. Es saber que no necesitas ser la mejor para merecer amor, pero que puedes seguir avanzando cada día.

No se trata de castigarte ni de exigirte hasta el agotamiento. Se trata de encontrar un balance entre el descanso y el esfuerzo, entre el disfrute y la acción. Pero sobre todo, se trata de construir la versión de ti que realmente quieres ser. Y eso no siempre vendrá en forma de días de spa, sino en las pequeñas decisiones diarias que te acercan a tu mejor versión.

Aprender a confiar en ti misma es una de las mejores formas de amor propio. Cuanto más cumples las promesas que te haces, más crees en ti. No esperes motivación externa para empezar, la confianza se construye con acción.

Quiérete lo suficiente como para hacer lo que te llevará a donde sueñas estar.